viernes, 27 de septiembre de 2013

LOS DIAS DE MARÍA ELENA



Llegué a María Elena el 13 y me marche definitivamente el 20 de julio.
Estuve a gusto, más o menos. El lugar tiene un cierto encanto, es cierto. Me recuerda al poblado de Llaranes en Avilés, tal vez sea porque ambos son poblados para trabajadores. El de Llaranes ya esta en posesión de sus inquilinos, los antiguos trabajadores de ENSIDESA Maria Elena no, pertenece a SQM, Sociedad Química Minera, para algunos “Soquimich” , supongo que ese vocablo es otra creatividad lingüística Chilena, otra paradoja de la I.C.R. Indiosincracia Chilena Repetitiva.

En palabras de dos chilenos distintos, en Chile es donde peor se habla el español, y es donde sus hablantes dominan menos palabras, pero es paradójica su facilidad para la invención, tanto de informaciones como de vocablos. Ahora entiendo como en un país que podría ser el escenario de Farenhait 401, donde el libro parece un proscrito que ha de permanecer en la clandestinidad. Un país donde no se ve a nadie, o casi nadie, leyendo, y si lo hace parece ser clandestinamente. Un país donde en varios meses solo he visto dos librerías de verdad, que venden libros, delante de la iglesia de Calama. Un país donde las librerías venden todo tipo de material de oficina menos libros, con este escenario, ¿Como un país así puede haber dado 2 premios Nobel de literatura?, la explicación es muy simple, la facilidad que la sociedad chilena para la invención, tanto de palabras, como de informaciones, lo explica. Sobre la invención de informaciones lo se por que lo he aprendido a sangre y fuego. He pagado un precio considerable por ese conocimiento como para que se me olvide ahora. No solo es que me manden en dirección contraría, a veces  por ignorancia irresponsable, otras por simple maldad. Ver y oir a un guarda de CONAF en Torres del Paine y en acto de servicio, al que posterior mente le llame la atención, inventarse la respuesta ante la pregunta de un “guiri”, son cosas que marcan. No se olvidan fácilmente.

Algún chileno descontento no por lo que he vivido en Chile, en su país, que es por lo que tendría que estar descontento, si realmente es algo poatriota, y quiere a su pais,  sino descontento por lo que cuento de mis experiencias, eso me parece más grave, como siempre se mata al mensajero, aquello tan latino de no solucionar los fallos, sino ocultarlos.
Algún chileno me dirá, y ya me lo ha dicho públicamente por escrito en Facebook, que como visitante soy yo quien ha de adaptarse al país, y yo le pregunto, ¿Cómo se adaptaría el, o usted, si pregunta una dirección y le indican el dirección contraria? Tengo enorme interes en escuchar su respuesta. Esto srría como una evaluación sobre mi rareza, ¿Soy tan raro?

Yo me he adaptado como he podido, soy torpe en eso, lo sé. Me considero torpe social, lo reconozco y lo asumo, pero mis limitaciones llegan hasta donde llegan, y ese lugar es de muy clara localización. MIS LIMITACIONES LLEGAN HASTA DONDE EMPIEZAN LAS DE LOS DEMÁS, SEAN O NO ENFERMOS MENTALES. Entre mis intentos de adaptación llegué a poner en práctica una técnica. En las ultimas semanas de mi estancia en Chile, cuando preguntaba algo  añadía la coletilla, “Por favor si no sabe no invente”

Una vez en San Pedro de Atacama consulté algo en la Oficina de Turismo, y añadí esa coletilla, la informadora se echó a reír, pensó que era una broma pues ella es profesional del asunto. Le repliqué que no era una broma y que no era para reír, era para llorar.

Los dos primeros días en María Elena fueron tranquilos y como casi siempre en estos casos me dediqué a preparar una nueva entrada. No fue posible terminarla y hacerla pública. El problema el de casi siempre, la dificultad para conseguir una conexión Wi-Fi.
En la Municipalidad hay un Wi-Fi, y allí me instale, pero la combinación de tiempo disponible por mi parte, horarios de la Muni, y calidad de la conexión hicieron imposible la publicación, por lo menos me quede con el trabajo. No con todo, si la mayor parte.

“Curiosamente a las 19:36 del 17 de mayo de 2013 estoy en “casa”, escribiendo en el “PCín” usando la batería.
Llevo aquí 3 días enteros, es posible, muy posible que hoy sea el último. Ya me han avisado que mañana tengo que dejar libre la pieza que me ha cedido la “Muni”, la Municipalidad de María Elena, a la que evidentemente estoy muy agradecido.
De los 3 días hoy ha sido con mucha diferencia el día más interesante de todos para mi enriquecimiento cultural. Para puñeta de los vecinos…
¡He visto llover!
Vídeo de la lluvia I
Vídeo reparto de plásticos.
Vídeo colocando plásticos en tejados.
Vídeo de la Municipalidad de María Elena.

Casi no ha caído nada. Yo habiendo sido parido en Asturias casi no lo llamaría llover, un simple “orballu” fuerte. Me he sentido como un esquimales entre esta gente. Los Inuit tienen un montón de palabras para referirse a la nieve, les resulta tan habitual que tienen toda una variedad de tipos distintos identificados con su correspondiente vocablo, a mi me ha pasado lo mismo.  Esta gente que nunca o casi nunca ha visto llover, y yo con un amplio abanico léxico para referirme a ella.

Lo poco que ha caído la ha armado. El suelo es salitroso, no se aun mucho de esto, pero si se que no es el polvo blanco que queda en la piel después de evaporarse el agua del mar.
El agua de la lluvia disuelve la sal del suelo y hace inestables las casas, con los múltiples problemas que ello ocasiona. Tampoco entiendo que si estos suelos tienen sal, se utilicen para fabricar abono. La sal no es buena para las plantas, entonces, ¿Por qué si son un potencial abono?

El tendido eléctrico es de la época de la construcción del poblado en 1926. Según me han dicho no esta preparado para la lluvia. Tampoco los inquilinos lo han podido preparar, no son los dueños de las casa, y han de pedir permiso a la SQM, obviamente en Santiago tienen otras preocupaciones.
Cuando llueve se producen cortocircuitos e incendios, por lo que optan por cortar la luz. Hay quien tiene generador, pero me han dicho que no es seguro su uso cuando llueve.
Vídeo corte de luz
 
Tengo la sensación de que yo que vivo con lo mínimo, con lo que puedo transportar en una bici, hoy soy de quienes mejor estamos instalados, tengo un abanico de pequeños aparatos eléctrico que funcionan autónomos.
Estoy escribiendo tirando de la batería, no hay tele, ni falta que hace, pero tengo todo un repertorio musical radiofónico. Hoy hasta el transistor que compre en Perpignan en las Invernal Trans-europea, parece que sintoniza mejor que nunca. Estoy desvelando la duda entre si he merendado o cenado, cuando me acueste lo sabré.


El 18 salí a conocer la “Oficina” Pedro de Valdivia, ir por una ruta y volver por otra, esto supone dar la vuelta al salar del Mirage. Me marché sin el frontal, Jorge, el del libro y el pago por un envió de correos que nunca se realizó, no me lo devolvió.  Se lo dejé la noche anterior para irse de juerga, pero no me lo devolvió ni en el día ni a la hora acordada. Es evidente que me marche de mal humor. Tengo otro, incluso mejor, pero no es tan ligero ni cómodo para dentro de la carpa.
El incumplimiento de Jorge es no tener palabra, evidentemente con ese precedente si le pago 30 € por un envío que nunca hizo la culpa es mía. Solo a un guevón se le ocurriría hacerle ese giro bancario, y claro como en Chile si jodemos a un güevón somos más listos, la culpa es mía razonarían algunos, pero es que en este caso soy un güevón al cubo, por fiarme, por ser extranjero, y por ser español. 

El 19 volví a María Elena y lo recuperé. La acampada en el micro-bosque de Pedro de Valdivia fue encantadora, de hecho tuve tentaciones de no salir, de pasar allí el día entero actualizando el trabajo de la computadora, crónicas, fotos y demás.


DE MARIA ELENA A …

Estoy relajado, “cómodo” dentro de la carpa. Acabo de satisfacer una de mis necesidades de más compleja logística dentro de un ámbito de acampada. Acabo de evacuar residuos sólidos orgánicos.
Aunque parezca mentira estoy en medio de un pequeño oasis dentro del Desierto de Atacama, oasis artificial, el agua no estaba, la trajeron, pero oasis al fin y al cabo.
Es un escenario propio de una película de Ridley Scott, el de Blade Runner, sobre el origen de la civilización, o quizá mejor sobre el final de la misma.

A un lado de la carretera que lleva a la Planta Pedro Valdivia, y allí parece, una hermosa arboleda verde, con una manguera manando agua a las raíces de cada tronco. Al otro lado, a un literal tiro de piedra de un no muy forzudo brazo, un poblado, pueblo, condominio, o exactamente en Chile, una oficina abandonada. Casas unifamiliares, que en su día seguro fueron hermosas, abandonadas, sin techo, sin puertas, sin ventanas. Acompañadas de un frondoso árbol seco, aparentemente muerto. Parece ser que aquí los árboles después de secos si se les riega vuelven a la vida, claro, si es que alguna vez la dejaron.



Hace un momento regrese con el cargador y una batería que deje cargando durante la noche en la caseta de vigilancia. Ayer sábado 18 de mayo de 2013 nada mas llegar, deje cargando el PCín” y el i-pod, fui a buscarlo un rato después con la intención de escribir en la carpa. No fui capaz.
De la que venía vi una imagen que me pareció interesante, volví con la cámara y el trípode, pero lo que vi no se repitió, pero hice alguna interesante como podéis ver.
Factoria Pedro de Valdívia

Oasis de noche

Voy a intentar llevar al día las cónicas, escribiéndolas sobre la marcha, para que no se me amontone  el trabajo. De momento es solo un intento. Ayer en cuanto pasé los videos al computador, ya estaba frito, y a dormir. Era en torno a las 23:00

Hubo otra cosa que condiciono todo el día, y que condicionará el resto del viaje. Roberto el chico que me alojo en la casa de huéspedes de la Municipalidad, me pidió la linterna frontal el día anterior. Me dijo que era complicado devolvérmela pues se marchaba a Antofagasta. Le dije que no, que no era complicado, que la dejase en cima de la mesa. Me levante y no estaba. Yo tengo dos, la que le deje la uso poco, pero es imprescindible para ver de noche cuando voy en bici. La otra que tengo de LEDs, no sirve para ver en la bici, da una luz sin sombras que no permite ver las “trampas de la ruta”
Y por encima de todo la luz más importante en bici cuando no se conoce la ruta, es el frontal en la cabeza, pues permite ver en la noche a los lados, y da la posibilidad de encontrar lo que se esta buscando

El domingo 19 fue el de regreso a María Elena. Estuve acampado sobre un magnífico lecho vegetal como puede observarse en la foto. El suelo, el frondoso techo vegetal, el agua corriente en las proximidades, la buena temperatura , y algún aditamento “domestico” más fueron una más que convincente, una muy convincente invitación a quedarme. No sucumbí a los cantos de sirena del desierto.

Volví a María Elena después de visitar lo que queda, mejor dicho, lo que han dejado de Pedro de Valdivia. Según propios chilenos, los que lo desvalijaron, de sus elementos constructivos de más valor, los techos de pino Oregón, son los mismos que ahora recuerdan y rememoran un pasado de esplendor, y eran sus inquilinos, trabajadores de la propia empresa propietaria del poblado. Hacen celebraciones para recordart ese pasado. Como ya he solicitado en el Facebook, me gustaría que alguien me explicase la lñógica chilena. ¿Cómo algo que es un símbolo de un colectivo, de un pasado de esplendor como la cultura salitrera como es el poblado de Pedro de Valdivia, como puede desvalijarse, expoliarse, por los mismos que lo reclaman como símbolo de su historia, no lo entiendo. O amas o odias, o robas o eres generoso, pero las dos cosas al mismo tiempo.
Realmente el espolio del pino Oregón ha generado un paisaje urbano sumamente interesante.

No recuerdo con exactitud las fechas. Era la semana de una celebración patriótica chilena, que tenía que ver con la guerra del Pacifico, y con el hundimiento de un barco, creo que chileno. Acontecimiento que se convirtió en decisivo en esa guerra. En Radio El Conquistador, u periodista protagonizaba una cuña en la que cuestionaba a la sociedad chilena por lo mismo que yo no entiendo. Ese barco es algo asi como un pilar de la historia de chile, y resulta que tan importante símbolo también esta casi desvalijado en su totalidad, situación esta en la  que el radio hablante se ensañaba con ahínco con sus compatriotas.
Supongo que ese comentarista era chileno y tampoco se adaptaba a la I.C.R.

La vuelta al salar del Miraje no fue demasiado interesante, fue más de lo mismo, realmente no he visto una diferencia clara entre lo que es salar y lo que no, lo he visto todo igual. Lo que no he visto iguial ha sido el horizonte. He visto nieve por vez primera en mucho tiempo. Eran los volcanes San Pedro y San Pablo, muy difuminados por la distancia, pero eran ellos.

La sorpresa vino cuando regrese a “casa”, pude recuperar el frontal.